Primeros pasos
La leyenda del micrófono de pistola Sennheiser MKH 416 comienza de forma curiosa con una herramienta de trabajo común: la sierra para metales. El icónico micrófono, ahora bien conocido por su uso frecuente en las principales imágenes en movimiento de Hollywood, proyectos de televisión y doblajes de voz, tuvo su origen en 1970 cuando el director técnico de Sennheiser, el Dr. Hans-Joachim Griese, presentó el micrófono de cañón MKH 415 recién diseñado a las emisoras de radio y televisión. El 415 fue el orgullo y la alegría de los ingenieros de desarrollo de Sennheiser, pero al revelarlo, recibió su parte de críticas.
Los ejecutivos y clientes de la multitud mostraron inmediatamente un gran interés por el MKH 415, pero se quejaron de que el efecto del micrófono era tan fuerte que debía estar en movimiento constante para seguir al orador a su alrededor, con el fin de capturar el audio necesario.
Sin tener en cuenta las quejas, el Dr. Greise pidió una sierra para metales. Los clientes quedaron asombrados mientras el director técnico de Sennheiser procedía a cortar toda una sección del tubo del micrófono del 415. Luego, el Dr. Greise probó el micrófono, ahora acortado a la perfección, para sorprender a la multitud. Así nació la leyenda del MKH 416.
Poco después de que el Dr. Griese y la sierra de metal marcaran una huella, un joven ingeniero de Sennheiser llamado Manfred Hibbing se encargó de diseñar el MKH 416 de pleno rendimiento. Mientras que todos los modelos de cañón anteriores estaban alimentados por AB, una preferencia de transmisión en ese momento debido a la resistencia a las ondulaciones de tensión, el 416 se diseñó para ser el primer micrófono de cañón con alimentación fantasma (P48) de Sennheiser. Hibbing poseía una amplia experiencia tanto en electroacústica como en tecnología de RF. La participación de Hibbing en el proyecto fue una pieza final crucial en el rompecabezas de diseño del MKH 416, antes de su lanzamiento en 1975.
El estándar de la industria
El MKH 416 es ahora conocido como el “estándar de la industria” cuando se trata de micrófonos de cañón, pero ¿por qué exactamente?
Una de las razones principales tiene que ver con cómo funciona el 416 en el principio del condensador de RF (radiofrecuencia). Aunque la “radiofrecuencia” puede dar la ilusión de una tecnología inalámbrica, más bien se refiere a la tensión de alta frecuencia dentro de la cápsula, junto con los componentes electrónicos asociados dentro del micrófono.
A diferencia de los micrófonos de condensador “estándar”, un modelo de condensador de RF está diseñado para su uso en exteriores, independientemente de las condiciones meteorológicas. Calientes o fríos, lluviosos o nevados, húmedos o congelados, los micrófonos MKH pueden soportar los elementos más duros. Esto hace que el 416 sea el micrófono ideal para deportes, transmisiones al aire libre y películas en los lugares más difíciles. Mientras que la resistencia a la intemperie es un punto de referencia principal para el 416, la excelente direccionalidad y la longitud más corta son otras.
El principio de interferencia acústica, en el que funciona el 416, tiene una cápsula con el llamado tubo de interferencia montado delante de ella. Este tubo incluye ranuras dispuestas regularmente que están cubiertas con un tejido insonorizante, lo que evita que se formen reflexiones y ondas estacionarias dentro del tubo.
Cuando el sonido llega directamente por delante, el tubo no tiene ningún efecto, pero cuando el sonido entra en el tubo por los lados, pasa a través de diferentes orificios, lo que da como resultado diferentes rutas hacia el transductor, retrasando y cancelando eficazmente las reflexiones. Este efecto aumenta a frecuencias más altas, captando esencialmente el sonido que viene directamente por delante, lo que hace que el 416 destaque por la inteligibilidad de la voz, lo que lo hace destacar en la industria del doblaje de voz.
Sonido de cine
El MKH 416 ha tenido décadas de uso en el mundo de la producción cinematográfica, desde sus inicios en las películas ahora clásicas hasta su presencia continua en el cine contemporáneo. El primer éxito notable se produjo en la década de 1980, cuando se convirtió en una herramienta primaria para la grabación de sonido de ubicación. Las producciones de películas, especialmente aquellas con un diseño de sonido complejo o entornos de grabación difíciles, empezaron a recurrir al MKH 416 por su claridad y precisión inigualables.
Quizás lo más famoso, el 416 se asocia frecuentemente con el ilustre trabajo de voz de los personajes en las principales películas de Hollywood. Se utiliza ampliamente en la grabación de ADR (Automated Dialogue Replacement) en la postproducción, donde su patrón de captación enfocado permite capturar el diálogo de forma limpia, incluso en condiciones acústicas defectuosas.
El MKH 416 no solo es un favorito entre los mezcladores de sonido, sino que también ha sido utilizado por algunos de los cineastas más legendarios de la historia. Las características sonoras distintivas del 416 lo han convertido en el micrófono de elección para directores de alto perfil.
Tanto si se trataba de capturar diálogos clave en las ajetreadas calles de la ciudad, durante escenas dinámicas de persecución de acción o en el caos controlado de un escenario sonoro, el 416 sobresalió, lo que condujo a una confianza segura por parte de los profesionales de la industria para ofrecer un audio impecable de forma constante.
A medida que los cineastas emergentes continúan ampliando los límites de la narración de historias moderna, el MKH 416 sigue siendo un compañero de confianza a la hora de capturar los sonidos que dan vida a sus historias únicas. Con su distintiva capacidad para aislar el sonido, capturar un diálogo preciso y rechazar el ruido ambiental, el 416 sigue siendo el micrófono ideal para todo tipo de producciones.
Ondas musicales
Aunque el MKH 416 es notable por su uso en cine y televisión, la industria musical también aprecia mucho el micrófono de cañón. El MKH 416 hizo una aparición destacada en el vídeo musical del single de éxito de 1996 “In the Meantime” de la banda de rock alternativo británica Spacehog, de su álbum de 1995 “Resident Alien”.
La canción, que alcanzó el número 1 en las listas de rock de EE. UU. y Reino Unido, y finalmente alcanzó el número 32 en el Billboard Hot 100, se acompañó de un notable vídeo musical dirigido por Jake Scott, hijo del aclamado director de cine Ridley Scott.