/Commerce/Cart/CartIsClosedMessage

La verdad sobre la industria discográfica de Nashville: con el productor/ingeniero Justin Cortelyou

Justin Cortelyou ha desarrollado una impresionante carrera como ingeniero y productor discográfico, y ha trabajado junto a gigantes de la industria como Chuck Ainlay, Mike Shipley y Bob Ezrin. Su trabajo en Soultrain Sound Studios lo ha llevado desde Pensilvania a Los Ángeles y Nashville (dos veces). En esta entrevista exclusiva, Justin habla sobre sus experiencias en Nashville, así como su pasión por capturar el sonido perfecto y su opinión sobre el presente y el futuro de la industria musical. 
 
¿Cómo empezaste en la industria musical?
 
Siempre me habían fascinado los equipos, incluso antes de que descubriera lo que realmente hacían. Recuerdo que una vez recibí por correo un número de la revista ‘Mix’ en la que se mostraba una imagen de una consola SSL con una pantalla de ordenador. En aquel momento no tenía ni idea de qué era aquello, pero supe que era lo que quería hacer. 
 
Trabajar con esos grupos increíbles parecía superinteresante. Así que, cuando llegó el momento de ir a la universidad, tuve que tomar una decisión difícil; quedarme en Pittsburgh, mi ciudad natal, donde la carrera de grabación no era muy buena, o aprovechar la oportunidad para estudiar en MTSU (Middle Tennessee State University) cerca de Nashville, en la que ofrecían un programa de prestigio
 
Finalmente me fui a la MTSU y fue la mejor decisión que jamás he tomado. Su programa era fantástico, pero el verdadero punto de inflexión fue su programa de prácticas. Pude trabajar con leyendas como Bil VornDick y Chuck Ainlay, y esa experiencia fue la que me abrió las puertas.
 
Una de tus primeras oportunidades importantes después de la universidad fue trabajar con Mike Shipley (ingeniero de mezclas/audio con Mutt Lange, Def Leppard, Shania Twain, Aerosmith). ¿Cómo fue aquello?
 
Trabajar con Mike fue una experiencia increíble. Yo trabajaba en el Sound Stage Studio de Nashville y me trasladaron a Los Ángeles, donde pude trabajar en algunos discos increíbles y aprender a editar y lograr la perfección trabajando muy duro con Mutt Lange y Mike Shipley. 
 
Este tenía un asistente, Brian, que me enseñó a editar de forma eficiente, justo como le gustaba a Mike. Brian me enseñó la técnica, pero luego me dejó que lo descubriera por mí mismo, algo que fue genial. He aprendido mucho de esa manera. 
 
También pude ver a Mike mezclando. Yo trabajaba en una sala de edición en la planta de arriba y él lo hacía en la planta de abajo, y podía ver su pantalla y escuchar sus mezclas. Así que me sentaba allí y lo observaba trabajar, intentando comprender sus decisiones. Fue algo increíble. Era un auténtico maestro de las mezclas.  Conseguía sonidos increíbles sin trucos, solo empleando una técnica consolidada y trabajando duro.
 
Después de trabajar con Mike, regresaste a Nashville y trabajaste con Bob Ezrin. ¿Cómo te surgió esa oportunidad?
 
Después de trabajar con Mike, me asocié con otro productor de Los Ángeles, Tommy Henriksen. Trabajábamos mucho en desarrollo de artistas, algo que fue una gran experiencia. Pero después vino el estallido de la burbuja inmobiliaria y todo se puso muy caro. Así que le dije a Tommy: “¿Por qué no nos trasladamos a Nashville?  Es más asequible y allí no dejan de hacer música”. 
 
Al final nos trasladamos y en nuestra primera semana allí conocimos a Bob Ezrin. Le gustó nuestro sonido de estudio de Los Ángeles y acabamos trabajando con él unos 10 años. Fue una experiencia increíble. Bob siempre estaba superocupado, así que acabó representando el 90% de mi trabajo. Sin embargo, esto fue bueno y malo, porque a veces Bob se tomaba unos meses de descanso y yo me veía en una situación como de “creo que tengo que buscarme otro trabajo”.
 
En la actualidad, diriges tu propia empresa, Soultrain Sound Studios, justo a las afueras de Nashville. Y no dejamos de escuchar todo el tiempo historias de grandes estudios que están echando el cierre. ¿Cómo te las arreglas para encontrar trabajo en la era de los estudios caseros?
 
Sin duda es bastante estresante. Se trata de establecer relaciones con artistas, desarrollar su talento y ayudarles a tener éxito. Tienes que diversificar tu base de clientes y estar dispuesto a trabajar muchísimo. No siempre es fácil, sobre todo teniendo en cuenta los retos a los que se ha tenido que enfrentar el sector en estos últimos años, pero es increíblemente satisfactorio ver que tus artistas cumplen sus metas.
 
No solo se compite con estudios caseros. También hay que hacerlo con algunos de los mejores y más conocidos estudios de grabación.  
 
Sin duda, es un reto, pero también es increíblemente enriquecedor. Nashville es única por que cuenta con una comunidad de estudios sólida y solidaria. Tenemos la suerte de estar en un lugar rodeado de otros estudios fantásticos y existe un verdadero sentido de camaradería. Todos nos ayudamos mutuamente cuando es necesario, ya sea prestándonos equipos o compartiendo consejos. 
 
Creo que siempre habrá espacio para estos estudios. Es muy especial poder trabajar en un espacio dedicado con equipos de la máxima calidad y un equipo de profesionales experimentados. Hemos posicionado a Soultrain como un estudio boutique que ofrece un entorno cómodo y privado, un nicho que ha supuesto un gran éxito para nosotros.
 
¿Se extiende esa camaradería a la escena musical de Nashville?
 
Nashville es un lugar especial. El sentimiento de comunidad aquí es diferente a cualquier otra cosa que haya experimentado en cualquier otro lugar. Todo el mundo es increíblemente solidario y existe una verdadera voluntad de colaboración. Aquí se trabaja con músicos de talla mundial que aportan su profesionalidad y eficiencia en cada sesión. Es inspirador estar rodeado de tanto talento.
 
Nashville ha crecido mucho desde que se convirtió en una ciudad de “música country”. ¿Crees que actualmente existe un “Nashville Sound” característico?
 
Creo que no deja de evolucionar, pero no cabe duda de que existe un sonido básico que está arraigado en una sólida musicalidad y un enfoque hacia una producción limpia e intencionada. Pero ya no se trata solo de música country. También existe una vibrante escena indie y rockera, y artistas que exploran una amplia variedad de estilos.
 
¿Tienes que cambiar tu proceso de grabación para adaptarlo a los diferentes estilos?
 
Sí. Varía dependiendo del proyecto. Si estoy produciendo, siempre empiezo con reuniones pre-producción para hablar sobre la visión del artista, el tono general del proyecto y los objetivos específicos de cada canción. Cuando trabajo como ingeniero, hablo con el productor para comprender sus expectativas y preferencias. 
 
Le pregunto, por ejemplo: “¿De qué género se trata? Cuál es nuestro objetivo: sonidos interesantes, sonidos limpios? ¿Necesitas más espacio?” Después, me gusta ofrecer una amplia gama de opciones en lo relativo a los sonidos, por lo que a menudo incorporo micrófonos que ofrecen distintas texturas junto con mi configuración estándar. Esto nos permite experimentar y crear paisajes sonoros únicos.
 
¿Prefieres grabar a las bandas en directo o sección por sección?
 
Soy muy esquizofrénico en ese sentido, porque me gustan ambas opciones. Disfruto de los retos de una “Nashville session” donde dispones de 15 minutos para grabar los sonidos de percusión y luego tienes que seguir adelante. Me encanta ese reto y la interacción con la banda y todo lo demás. 
 
Pero también me encanta grabar la percusión y perfeccionar un sonido hi-hat, como hicimos en un disco de pop. Utilizamos distintos platillos, micrófonos y cadenas de señales para conseguir el tono y la textura correctos. Así que me gusta adoptar un enfoque crítico para conseguir realmente el sonido y la textura que se dese en cada elemento específico o desglosar los elementos para crear un sonido propio. 
Todos los enfoques son valiosos. La verdad es que disfruto verdaderamente haciendo mi trabajo.
 
Para hacer ese trabajo, confías en tus equipos de Sennheiser. ¿Qué utilizas y por qué?
 
Así es. Actualmente vivo con mi familia en Minneapolis, así que tengo un pequeño equipo de trabajo en el sótano. Y, sin duda, tengo mis ‘Sennheisers’ conmigo. [Risas] 
 
Utilizo auriculares HD 490 Pro. Los uso literalmente a diario. No puedo mezclar con auriculares cerrados. Los encuentro incómodos. Antes utilizaba los 650 y me encantaban, pero eran un poco demasiado planos para mi gusto. Los 490 Pro tienen más detalle y los graves son más ajustados. Resulta más fácil mezclarlos.  También son supercómodos, algo importante cuando los llevas puestos todo el día.
 
Y en el estudio me gusta mucho el MD 421 Kompakt. No era un gran fan de los 421 originales con los toms, pero los compactos son diferentes. Tienen un cuerpo más pequeño, por lo que hay menos ruidos de las cajas y desfase. Hace que toda la batería suene más ajustada y más concentrada.  ¡Es un gran micrófono!  Hace poco vi un vídeo de Rick Beato en el que comparaban los compactos con los 421 originales, y era interesante escuchar las diferencias.  Cada uno tiene sus propias fortalezas.
 
¿Existe algún otro equipo o plug-in esencial en el que confíes?
 
Hay algunos equipos a los que siempre recurro. Una tira de canal SSL 4000 E es imprescindible para mí. También me encanta Soundtoys EchoBoy, un reverb clásico de 140 placas y algunos de los reverbs de Valhalla. Con esas herramientas, puedo crear prácticamente cualquier sonido que necesite.
 
Un aspecto bastante único de tu carrera profesional es tu manager. Los artistas suelen contar con managers que les ayudan a organizar su trabajo diario. ¿Se está popularizando esto entre productores e ingenieros?
 
En Nashville no es tan común, pero se ha convertido en una parte esencial de mi carrera. Mi manager, Andrew Brightman, ha sido determinante para ayudarme a desenvolverme en la industria, definir mis objetivos y desarrollar una estrategia para cumplirlos. También se encarga de todos los aspectos empresariales, como contratos, negociaciones y facturación, lo que me permite centrarme en el lado creativo del trabajo.
 
Convertirse en manager es algo que obviamente conlleva un proceso. ¿Qué consejo le darías a alguien que acaba de empezar?
 
La industria musical no deja de evolucionar, por lo que hay que ser adaptable y estar dispuesto a adoptar nuevas tecnologías y enfoques. Pero algunas cosas no cambian: la importancia de desarrollar tus habilidades, construir relaciones y encontrar tu nicho. Las redes sociales son una poderosa herramienta para hacer marketing y conectar con artistas. Si estás motivado, eres emprendedor y te apasiona la música, aún hay muchísimas oportunidades para desarrollar una carrera profesional de éxito.
 
 

Mantener el elemento humano en la era digital


Aunque el panorama de la música no deja de cambiar, eso no significa que no haya muchas oportunidades y trabajos disponibles si sabes dónde buscar. Justin Cortelyou y Soultrain Sound Studios lo demuestran. Para Justin, la capacidad de adaptación y la adopción de nuevas tecnologías, manteniendo al mismo tiempo los valores básicos de la música, la colaboración y la conexión humana, es extraordinariamente importante. Tanto si se trata de un entusiasta del estudio en casa, como de un futuro ingeniero o un productor establecido, esperamos que la dedicación de Justin a su artesanía y su pasión por impulsar la comunidad inspiren siempre a cumplir sueños, sin importar a donde lleve ese camino.
 

Productos destacados02

No pierda de vista “The Pulse”. Suscríbase para recibir las últimas noticias y contenido exclusivo